En la historia de los pueblos, las contradicciones han sido una constante. Diferencias que se van resolviendo con la transformación de las mismas sociedades. Contradicciones que han contribuido a su vez al desarrollo y superación de las diferentes etapas por las cuales ha transcurrido la humanidad.
Hoy nos encontramos ante la posibilidad de lograr cambios que por fin beneficien significativamente a los hombres y mujeres de nuestras naciones. Esta responsabilidad la debemos asumir los que convencidos de la infamia del actual sistema, estemos dispuestos a entregar lo mejor de cada cual para aportar decididamente al logro del sueño tan anhelado, el cual no es otro que el de una verdadera justicia social y una democracia plena, hoy en día reclamada junto a un desarrollo sustentable, posible únicamente en armonía con la naturaleza.
Siempre que estos mismos pueblos han resuelto por fin conformar desde su seno fuerzas que vigoricen sus reclamos y justas luchas, los sectores dominantes utilizan todos los medios para torpedear dichos esfuerzos e impedir a como de lugar, que sus aspiraciones se hagan realidad. Corrompen y compran conciencias. Nos dividen, nos distorsionan, nos amenazan, encarcelan y asesinan.
Es hoy muy desalentador, encontrar que después de varias décadas de fraticidas luchas internas, algunos sectores e individualidades de la llamada izquierda colombiana, que en el pasado se dejaron dividir por alineaciones internacionales o por interpretaciones de la teoría política e ideológica, impidiéndonos unirnos por las verdaderas causas por las cuales siempre hemos alegado luchar. Hoy sigan ciegamente desgastándose en enfrentamientos que nos hacen olvidar que a quien debemos derrotar es a este régimen opresor y no a los compañeros y compañeras de lucha.
En el contexto nacional la izquierda y los sectores progresistas seguimos siendo una débil minoría, que estamos en la obligación de aunar todos los esfuerzos para fortalecer las expresiones organizativas creadas para respaldar y orientar las luchas de nuestros pueblos.
El POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO, como la más viva expresión del proceso organizativo en el cual se encuentra la lucha política actual que libramos por la construcción de una patria mejor para todos y todas, debe responder con altura ante la exigencia de la actual coyuntura.
Si bien es cierto que en esta etapa estamos reclamando el obtener gobiernos locales y/o regionales, y aumentar nuestra presencia en las diferentes corporaciones, no debemos olvidarnos que nuestro principal objetivo es el logro de la transición pacífica para la transformación de un Estado que esté al servicio de todas y todos nuestros conciudadanos.
Los hombres y mujeres de nuestro pueblo, reclaman una salida inmediata a la crisis económica y social, en que nos tienen sumidos las políticas impuestas por el poder omnipotente de las transnacionales y aplicadas sin recato alguno por los representantes de la ultraderecha nacional, expresada hoy en día a través del llamado Uribismo y sus demás aliados.
Nuestras luchas al igual que nuestras alianzas, nuestras acciones como nuestras proyecciones, deben estar dirigidas sola y únicamente a logro de lo antes expuesto. Deberemos sacrificar en reiteradas ocasiones aspiraciones individuales o grupales en pro del beneficio general.
Que la historia no nos condene por la oportunidad desperdiciada, sino que las presentes y futuras generaciones nos reconozcan el sacrificio y aporte dado para la materialización de la sociedad soñada.
JOHN ELVIS VERA SUAREZ
Coordinador OBNU-Colombia
No hay comentarios:
Publicar un comentario